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Exposición: Pierrick Sorin. Recalde, 30. 48009 Bilbao

, 20 febrero 2003

El artista francés Pierrick Sorin (Nantes, 1960) se muda a Bilbao y se instala en ‘su’ apartamento de la Sala Rekalde. Una serie de dispositivos de vídeo se suceden en las distintas estancias: el recibidor, la cocina, el comedor, el dormitorio, el cuarto de baño, el taller… Este conjunto constituye el universo personal de imágenes que conviven a diario con el artista. La exposición reúne una veintena de obras e instalaciones audiovisuales que tienen al propio Sorin como protagonista. El artista relaciona el universo íntimo con el espacio público propio de una sala de exposiciones utilizando ingeniosas técnicas audiovisuales. La muestra cuestiona también la manera de exponer obra en vídeo ante el público. Con pocos muebles, pero con grandes dosis de humor, Sorin muestra a través de sus instalaciones las pesadillas banales de la vida cotidiana. Organizada por la Fundación ”la Caixa” en Bilbao, la exposición ha sido concebida y producida por la Fondation Cartier de París y diseñada enteramente por el propio artista.

La exposición Pierrick Sorin.Recalde, 30. 48009 Bilbao se podrá ver en la Sala Rekalde (Recalde, 30. 48009 Bilbao), del 20 de febrero al 20 de abril de 2003.

Pierrick Sorin nació en Nantes en 1960, ciudad en la que reside en la actualidad. Sus obras han podido contemplarse en la Bienal de Venecia (1993), el Museo de Arte Contemporáneo de Burdeos (1994), la Bienal de São Paulo (1998), el Centro Georges Pompidou de París (2000) y la Fondation Cartier pour l’art Contemporain (2001), entre otras instituciones. También ha realizado diversas películas para la televisión. Entre las instalaciones que Sorin presenta ahora en Barcelona destacan El hombre que perdió sus llaves (1999), It’s Really Nice (1998), Nantes, proyecto de artistas (2001), 143 posiciones eróticas (2000) y Sorino el mago (1999), así como proyecciones inéditas y autofilmaciones realizadas entre 1987 y 1994.

El artista francés recrea en la Sala Rekalde una suerte de vivienda personal en cuyas estancias se suceden las videoinstalaciones: el vestíbulo, la cocina, el comedor, el dormitorio, el baño, el taller… La exposición conforma un universo de imágenes dotado de coherencia propia. La muestra da cuenta de las diferentes técnicas audiovisuales que el artista francés ha utilizado a lo largo de toda su producción: desde las autofilmaciones hasta los sainetes burlescos en tres dimensiones. Sorin plantea un tema recurrente en su trabajo: la relación entre el universo íntimo de la vida cotidiana (lugar en que tiene lugar la acción y la creación) y el espacio de contemplación (sea museo, galería o centro cultural).

La primera estancia del ‘apartamento-exposición’ acoge la instalación El hombre que perdió sus llaves (1999), que sumerge al visitante en el universo del artista, formado por actos cotidianos fallidos que adquieren una dimensión trágica, absurda y metafísica a la vez. A continuación, en una pantalla gigante del salón se puede contemplar un zapping sin fin, Arte y televisión (2001), supervisar los guisos de Perlas japonesas (2001) y entretenerse con la coreografía acuática de tres pequeños Sorin entre peces reales en Una coreografía de hoy (2001). En el cuarto de baño, una cámara de videovigilancia ‘atrapa’ al espectador, reproduciendo su imagen en el interior de una bañera en la que un pequeño Sorin divierte al visitante con sus bufonadas en Un espectáculo de calidad (1996).

El taller de este apartamento invita al espectador a descifrar el proceso de creación del artista, a través de dibujos, croquis de proyectos e instalaciones, y de la proyección de fragmentos inéditos de las autofilmaciones realizadas por Sorin entre 1987 y 1994. Solo ante la cámara, el artista francés revela al espectador experiencias personales mediante breves narraciones irónicas y a la vez serias.

Por otro lado, la instalación ¡Qué bonito! (1998) consta de múltiples fragmentos de rostros de individuos de diferente sexo, raza y edad, entre los que aparece también el del propio artista. En total, una treintena de retratos filmados rodea al visitante y le acompaña a lo largo de toda la exposición, como si se tratara de un gran dispositivo de vigilancia. Finalmente, la obra Una vida muy ocupada (1994) juega con la repetición de una situación aparentemente banal y absurda.

La exposición, totalmente creada por el artista, constituye su proyecto más ambicioso y cuestiona la forma de exhibir obras en vídeo. En palabras del propio artista: «La idea de construir una casa dentro de un museo obedece a la voluntad de recuperar la libertad de trabajo de la que gozaba cuando tenía 20 años. También es una forma de mostrar que el artista no es solamente un individuo que hace vídeos o que pinta, sino alguien que se dedica a buscar desde la infancia, que intenta abarcar diferentes formas de expresión, no necesariamente para dar con una voz precisa, sino simplemente porque la curiosidad le empuja a no quedarse encadenado a un modo de expresión».

Pierrick Sorin. Recalde, 30. 48009 Bilbao
Del 20 de febrero al 20 de abril de 2003

Sala Rekalde
Recalde, 30
48009 Bilbao

Horario:
De martes a domingo, de 10.00 a 20.00 h
Lunes, cerrado

www.fundacio.lacaixa.es

Entrada gratuita

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