Exposición: Wishful thinking - Puras ilusiones
Barcelona, 21 diciembre 2004
¿Sala de arte o sala de estar? La artista suiza Zilla Leutenegger (Zurich, 1968) ha convertido en apartamento la Sala Montcada de la Fundación ”la Caixa”. Mejor dicho, en el dibujo de un apartamento que propone un juego de ambivalencias. ¿Realidad o ficción? Un despacho, un pasillo y una sala de estar invitan al espectador a convertirse en transeúnte y deambular por estancias cuyas proyecciones y dibujos recrean la nueva arquitectura del lugar. Sueño y realidad, el mundo de la infancia y el de los adultos, esperanzas pero también sueños frustrados, esperas y posibles promesas se entrelazan en este deambular poético y onírico. Bajo el título Wishful thinking – Puras ilusiones, esta instalación a escala real forma parte de Nada / algo pasa, el nuevo ciclo de exposiciones de la Sala Montcada de la Fundación ”la Caixa” comisariado por Fabienne Fulchéri y Martí Manen. El ciclo, que se propone enfrontar al espectador a situaciones extrañas en las que esperará unos hechos que nunca llegarán a desencadenarse, se inauguró en octubre con la obra New gravity, de Annika Larsson (Estocolmo, 1972). Asimismo, contará con la participación de los artistas Job Ramos (Olot, 1974), del 25 de febrero al 10 de abril de 2005; Renaud Auguste-Dormeuil (Neuilly-sur-Seine, 1968), del 21 de abril al 5 de junio; y David Bestué (Barcelona, 1980) y Blanca Casas Brullet (Mataró, 1973), del 17 de junio al 31 de julio.
Wishful thinking – Puras ilusiones, de la artista Zilla Leutenegger, se podrá ver en la Sala Montcada de la Fundación ”la Caixa” (Montcada, 14), entre el 22 de diciembre de 2004 y el 13 de febrero de 2005.
El visitante que se adentre en el «apartamento» de Zilla Leutenegger descubrirá un universo familiar, pero también extraño. La artista se ha apropiado del espacio de la Sala Montcada de la Fundación ”la Caixa” y lo ha transformado en una vivienda: un despacho, un pasillo y una sala forman la estructura del recorrido. Cada una de las estancias está habitada por proyecciones (diapositivas y vídeos) y dibujos que dan vida a la arquitectura. Acciones mínimas, situaciones de espera y gestos se repiten en el interior de dichos espacios. De esta forma, la narratividad es sustituida por una secuencia de gestos que llenan y definen un peculiar paso del tiempo.
Todos los elementos, extraídos de la vida cotidiana, resultan familiares e identificables, pero también parece que pertenezcan al mundo de los sueños y de los cuentos. Es el caso de la mujer que escribe sus deseos tal como lo haría un niño cuando se acerca la Navidad. La fragilidad del dibujo y la fugacidad de la proyección provocan la impresión de que se trata de un espejismo y que, al igual que con un sueño, podría desaparecer en cualquier momento. Este encuentro entre el sueño y la realidad, entre el universo de la infancia y el de los adultos, es un tema recurrente en las obras de Zilla Leutenegger, pero en esta instalación a escala real adquiere una nueva dimensión. Así, la artista guía al espectador por un deambular poético y onírico en el que se entremezclan la ficción y la realidad, las esperanzas y los deseos frustrados, las esperas y las posibles promesas.
El lenguaje, que ocupa un lugar central en los trabajos de Zilla Leutenegger, también es un elemento omnipresente en esta obra. Todos los deseos se «encarnan» a la vez en la escritura y en el sonido: son pronunciados por la propia artista y llenan todo el espacio de la exposición.
ZILLA LEUTENEGGER (Zurich, 1968)
Zilla Leutenegger es uno de los personajes principales de sus obras, pero sus apariciones, lejos de informar al espectador acerca de una intimidad hecha de anécdotas, construyen un mundo situado en el límite de la realidad y la ficción. El uso combinado del vídeo y de los dibujos dota a la imagen de una condición híbrida que le abre las puertas de un imaginario fantástico y fantasmagórico. El hilo de la narración no se propone guiar al espectador hacia un final tranquilizador, sino que serpentea y se pierde siguiendo caminos desconocidos. Con la imagen de los momentos que aparecen de forma recurrente en su trabajo, la artista se ríe del tiempo y del espacio, privilegiando los instantes de frágil equilibrio y de pausa, en los que el encanto se puede romper en cualquier momento. Estas situaciones se pueden considerar momentos de espera, de deseo y de tensión para llegar a otro sitio, pero también se pueden valorar por lo que son: una interrupción en el transcurso enloquecido del tiempo.
Wishful thinking – Puras ilusiones
Del 22 de diciembre de 2004 al 13 de febrero de 2005
Inauguración: martes 21 de diciembre, a las 20 h
Sala Montcada de la Fundación ”la Caixa”
Montcada, 14
08003 Barcelona
Horario:
De martes a sábado, de 11 a 15 h y de 16 a 20 h
Domingos y festivos, de 11 a 15 h
Información Tel.: 902 22 30 40
Entrada gratuita
Más información: www.fundacio.lacaixa/salamontcada