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Padres e hijos en la España actual

Valencia, 19 julio 2006

La Colección de Estudios Sociales de la Fundación ”la Caixa” responde a una voluntad de análisis y divulgación de cuestiones de gran interés y trascendencia social. En esta ocasión, el estudio Padres e hijos en la España actual, realizado por el catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid Gerardo Meil, es una aportación al conocimiento de la evolución que vienen experimentando las relaciones familiares en España.

Al acto de presentación del estudio, celebrado en Valencia, han asistido, además del autor, José F. de Conrado, director general de la Obra Social ”la Caixa”; Juan Odriozola, director territorial de ”la Caixa” en Valencia-Murcia; Rosa María Molins, directora de Becas y Estudios Sociales de la Fundación ”la Caixa”; y la Consellera de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana, Alicia de Miguel.

Durante las últimas décadas, las relaciones intergeneracionales se han modificado profundamente dando lugar a pautas de relación que explican la aparición de una familia negociadora que sustituye al concepto de familia tradicional. La familia negociadora se caracteriza por unas relaciones menos jerarquizadas que en el pasado y por unas normas de convivencia más flexibles pero puestas sistemáticamente en entredicho por los hijos como parte de una estrategia de búsqueda de mayores cuotas de autonomía.

La familia negociadora surge en torno a relaciones intergeneracionales en las que la figura autoritaria pierde fuerza en favor de un plano mucho más simétrico. Los hijos exigen unas relaciones de tipo democrático o igualitario, reclamando el derecho no sólo a opinar sino a decidir en pie de igualdad en torno a todas aquellas cuestiones que les afecten. A pesar de ello, el modelo de padre autoritario prevalece y un 28% de los progenitores se identifica claramente con él.

En este contexto de posmodernización, la familia aparece como una estructura cada vez más reducida, más heterogénea, cada vez mejor situada económicamente –aunque con importantes bolsas de pobreza relativa- y cuyos hogares se encuentran cada vez mejor equipados.

A estas circunstancias se añaden además, otros factores que explican la realidad actual de la familia española: un retardo considerable en la edad de emancipación de los jóvenes y de la primera maternidad; una reducción de las dimensiones de los hogares; el aumento de los índices de divorcios y separaciones; el incremento de las familias monoparentales; el fenómeno de las parejas de hecho y el cambio en las relaciones intergeneracionales (entre abuelos, padres e hijos). Subyacentes a todas estas variables, hay también un profundo cambio económico con la consolidación de la sociedad de consumo.

Económicamente, la renta de los hogares españoles ha crecido mucho más que la de la media de los países de la Unión Europea (un 46% frente a un 32%) si bien es cierto que el aumento de la renta relativa es mucho menor tanto en los hogares monoparentales como en las familias con todos los hijos dependientes.

A este dato hay que unir que en España, el 84% de las familias tiene su vivienda en propiedad, siendo éste el porcentaje más alto de toda la Unión Europea y doblando, por ejemplo, índices de países como Alemania.

La organización de la convivencia

El cambio en las estructuras familiares y la incorporación gradual de la mujer al mercado laboral comporta una organización del tiempo familiar más compleja. Las crecientes dificultades para conciliar vida laboral y familiar afectan a todas las familias con hijos dependientes y se prolongan durante todas las fases del ciclo familiar.

A ello hay que unir la delegación por parte de los padres de algunas de las tareas educativas de los hijos más pequeños, en la figura de los abuelos, con el fin de poder compatibilizar las obligaciones familiares con las profesionales.

En la convivencia diaria en casa, el estudio refleja como el reparto de las tareas domésticas sigue marcando diferencias entre varones y mujeres. Según la Encuesta de Empleo del Tiempo, el porcentaje de hijas que colabora en las labores del hogar asciende al 76% mientras que el de varones se reduce a apenas el 50%. No en vano, el informe revela que la realización de las tareas domésticas, la alimentación, los buenos modales y los estudios son las cuatro grandes cuestiones en torno a las que giran la myor parte de las discusiones familiares.

La educación de los hijos

Tolerancia, respeto a los demás y responsabilidad son los términos más comúnmente destacados por los padres como valores esenciales a la hora de educar a sus hijos. A pesar de la importancia otorgada a factores como el sentido del trabajo, el estudio destaca que tan sólo un 46% de los padres reconoce implicarse de forma continuada en la supervisión de los estudios de sus hijos.

El 31% de los alumnos no reciben, además, ningún tipo de ayuda de cara a la realización de sus deberes, cifra a la que hay que añadir que la proporción de hijos con suspenso entre los que no han recibido ayuda es superior a la media, alcanzando el 50%.

En relación con el grado de autoridad establecido por los padres, un 28% de los mismos se define como muy o bastante estricto. Frente a estos, destaca el hecho de que un 43% de las madres y un 31% de los padres se manifiestan desbordados ante la magnitud de la tarea educativa, sintiéndose identificados con afirmaciones del tipo «por más que uno se esfuerce, el final, los hijos salen como quieren». Estas cifras revelan, según el autor, del estudio, no tanto una dejación de las responsabilidades paternales como una impotencia ante la importancia que han adquirido otros agentes socializadores, como la televisión, los amigos o el «ambiente de la calle»

Conclusiones

El nuevo modelo de familia negociadora se construye a través de unas relaciones intergeneracionales mucho más simétricas. El «respeto» como principio estructurador de las relaciones y como delimitador de los márgenes de cuestionamiento de la autoridad de los padres, ha sido sustituido por la «confianza». Este cambio ha tenido como consecuencia una reducción de la distancia social entre las generaciones y ha comportado unas normas reguladoras de la convivencia más flexibles.

Este proceso se ha visto facilitado por la importancia que ha adquirido para los padres, el hecho de tener unas buenas relaciones con sus hijos, otorgando una mayor importancia a la dimensión afectiva, a su desarrollo psicológico y a mantener una buena comunicación en términos de fluidez y confianza. Por otro lado, la redefinición de los roles de género ha comportado una mayor implicación de los hombres en la socialización de los hijos.

Gerardo Meil Landwerlin es catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid. Sus trabajos se centran en el análisis de las políticas familiares y de los cambios en la estructura de la familia. Padres e hijos en la España actual sigue la línea de análisis previamente desarrollada por el autor en estudios como La Población española, La política familiar en España o La posmodernización de la familia española.

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