El empresariado inmigrante se consolida como factor de dinamismo económico en España
Madrid, 24 mayo 2007
- La Fundación ”la Caixa” ha presentado hoy en Madrid el volumen núm. 21 de su Colección de Estudios Sociales, «El empresariado inmigrante en España».
- Actualmente, uno de cada seis extranjeros que trabajan en España lo hace como trabajador por cuenta propia.
- De los 241.000 inmigrantes que trabajan por cuenta propia en nuestro país, el 60% de ellos reside en Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana.
- Los empresarios inmigrantes están creando nuevos puestos de trabajo que cubren inmigrantes y autóctonos y están propiciando la transformación productiva de las economías urbanas.
Los inmigrantes extracomunitarios no son un bloque homogéneo de personas con escasa educación y calificación, ni se caracterizan de modo generalizado por una condición de «mano de obra barata». Bien al contrario, el estudio «El empresariado inmigrante en España» rompe algunos de los tópicos y prejuicios que en ocasiones acompañan una visión poco informada de la realidad de la inmigración. El trabajo de Carlota Solé, Sònia Parella y Leonardo Cavalcanti para el nuevo volumen de la Colección de Estudios Sociales de la Fundación ”la Caixa” pone de manifiesto el impacto creciente, en términos de creación de riqueza y empleo, del empresariado inmigrante. El informe ha sido presentado hoy en Madrid por José F. de Conrado, director general de la Fundación ”la Caixa”, por la Directora del Área de Becas y Estudios Sociales de la Obra Social ”la Caixa” y por los autores del mismo.
La promoción de la autoocupación, a través de la creación de empresas propias, de los inmigrantes extracomunitarios es una realidad que empieza a tomar cuerpo en España. Esta dinámica, sin embargo, es todavía incipiente en relación con otros países de mayor tradición en la recepción de personas extranjeras. El nuevo volumen de la Colección de Estudios Sociales de la Fundación ”la Caixa”, número 21, dedicado a analizar la realidad del empresariado inmigrante en España, pone de manifiesto este fenómeno emergente y detecta sus consecuencias positivas en términos de integración, movilidad social y fortalecimiento general del tejido económico.
El informe examina el efecto positivo que los inmigrantes con carácter emprendedor están teniendo sobre la revitalización del comercio y de los servicios de proximidad en los barrios. De igual modo, desmiente el prejuicio por el cual se señala a los empresarios inmigrantes como los causantes del cierre de los comercios tradicionales regentados por ciudadanos autóctonos. Por el contrario, el estudio concluye que la crisis del empresario autóctono de proximidad es previa a la incorporación del empresariado inmigrante, y que ésta se debe a una diversidad de razones ajenas a este fenómeno: competencia de centros comerciales, negativa de las segundas generaciones a asumir el negocio familiar, o cambios en los hábitos de consumo a los que el comercio tradicional no puede hacer frente.
De este modo, los inmigrantes emprendedores (que, en general, disponen de pocos recursos económicos de partida), instalan sus negocios o empresas en zonas donde la crisis del comercio de proximidad es manifiesta y en las que, además, concurren otros factores depresores (degradación urbana, falta de infraestructuras o debilidad del tejido económico). Por todos estos motivos, estas zonas son las únicas que ofrecen locales en alquiler a precios al alcance de la población inmigrante. Según los autores, la paulatina incorporación de comercios y empresas regentados por nuevos residentes a estas zonas empobrecidas favorece, a menudo, la recuperación de estos barrios que presentan importantes déficits sociales y urbanísticos. Si esta dinámica coincide, además, con una intervención de la Administración Local sobre las infraestructuras y la trama urbana del lugar, el efecto de revitalización se multiplica, como sucede en Lavapiés (Madrid), El Raval (Barcelona) y Russafa (Valencia), tres barrios que han sido objeto de investigación en el estudio.
Diversas motivaciones para establecerse por cuenta propia
A partir de 51 entrevistas en profundidad a otros tantos empresarios inmigrantes afincados en Madrid, Barcelona y Valencia, el trabajo llega a la conclusión de que no hay un factor predominante que motive a una persona inmigrante a establecer una empresa o negocio por su cuenta. Los autores, de hecho, describen tres causas distintas que pueden intervenir solas o conjuntamente para convertir al inmigrante en un emprendedor.
Un primer grupo de razones tiene que ver con la desventaja de este colectivo para encontrar trabajo en el mercado convencional de empleo asalariado. Las dificultades o prejuicios por razón de género, edad o por la propia condición de extranjeros pueden favorecer una reacción emprendedora dirigida a dar respuesta a una situación de penuria o precariedad. Son las llamadas Empresas de necesidad. En un segundo grupo, los autores detectan que el entorno legal, social o económico puede ofrecer oportunidades de negocio que los inmigrantes emprendedores están dispuestos a aprovechar. En el tercer grupo, finalmente, se incluyen motivaciones «étnicas» o «de clase», y tienen que ver con la tradición emprendedora y empresarial de la comunidad cultural de la que procede el inmigrante y que encuentra en España un marco para desarrollarse.
Cinco perfiles de empresa
De igual modo, el estudio detecta cinco perfiles distintos en el tipo de empresa puesta en marcha por los inmigrantes emprendedores: Las empresas de orientación étnica nacen, originalmente, para proveer a la propia comunidad inmigrante de productos culturalmente afines e inexistentes en España: las carnicerías halal para la población musulmana son el ejemplo más claro; pero también los periódicos o los programas de radio, los importadores de comida, de música, etc. focalizados exclusivamente en una clientela inmigrada.
Las empresas circuito son pequeñas organizaciones transnacionales que abren a la comunidad inmigrante la posibilidad de mantener regularmente el contacto con el país de origen. Dentro de este grupo se inscriben los locutorios, los servicios de mensajería, los envíos de remesas, etc.
Las empresas especializadas en población inmigrante incluyen una serie de profesiones liberales (servicios jurídicos, inmobiliarios, ONG, etc.) orientadas a prestar servicios especializados a la población inmigrada que encuentra dificultades para acceder a los servicios comunes prestados en el país, bien sea por sus dificultades con el idioma, su desconocimiento del marco legal, su situación jurídica irregular, etc.
Las empresas que explotan lo exótico, en cuarto lugar, se dirigen a un público amplio. Se caracterizan por utilizar lo étnico como reclamo para clientelas autóctonas. Restaurantes, tiendas de artesanía o terapias médicas alternativas se sitúan en esta categoría.
Finalmente, los emprendedores inmigrantes se abren paso, cada vez en mayor medida, al frente de empresas generalistas. En España, según los autores, las nuevas actividades comerciales de los inmigrantes buscan desmarcarse de un modelo étnico, cada vez más saturado, y acceder a una parcela mayor del mercado, que incluya a los autóctonos, inmigrantes y extranjeros en general. De hecho, en la investigación llevada a cabo en las tres ciudades españolas mencionadas, los autores detectan una diversificación creciente de la clientela y del horizonte comercial. Lo que más destaca es la pluralidad. Incluso en negocios muy especializados empieza a detectarse una presencia habitual de clientela autóctona.
Para los investigadores, el desarrollo de la actividad empresarial por parte de los inmigrantes tiene un impacto muy positivo en la percepción que los ciudadanos autóctonos tienen sobre la población inmigrada. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), los españoles creen que la inmigración es uno de los tres problemas principales del país, y que su presencia «excesiva» impacta negativamente sobre la calidad de los servicios sociales, el precio y disponibilidad de la vivienda, el paro o la seguridad ciudadana. Los inmigrantes empresarios, en la medida que crean riqueza y participan del dinamismo económico español, contribuyen a rebatir las percepciones anteriores.
El estudio también apunta que la mayoría de los empresarios entrevistados quieren que sus hijos e hijas se inserten en el mercado «general» en ocupaciones cualificadas y de mayor prestigio social, como abogados, informáticos, médicos o arquitectos. En este sentido, los nuevos residentes realizan una importante apuesta por la educación de sus descendientes.
Para entender esta actitud, debe considerarse que, según los datos del estudio, una parte de los negocios impulsados por inmigrantes, especialmente la hostelería y la distribución minorista, son competitivos y se consiguen rentabilizar atendiendo a factores como la extensa duración de la jornada laboral, la autoexplotación o el trabajo familiar, especialmente el femenino.
De hecho, el número de mujeres extranjeras establecidas por cuenta propia en España supera al de los hombres (un 52,2% de mujeres y un 47,8% de hombres). En dos de los ámbitos estudiados, la diferencia es mucho más significativa (en la Comunidad de Madrid, un 63,3% de mujeres extranjeras autoocupadas, frente al 36,7% de hombres; o el 61% de mujeres en Valencia y el 39% de hombres).
Los autores apuntan que la dificultad de muchas mujeres inmigrantes de cara a conseguir empleos asalariados diferentes a los enmarcados en el servicio doméstico las empuja a plantearse proyectos empresariales en las sociedades receptoras que, además, les permitan gestionar mejor su tiempo de trabajo y atender mejor sus cargas familiares.
Fuente de riqueza y prosperidad
La creciente actividad emprendedora de los inmigrantes rompe el tópico según el cual éstas emigran para servir exclusivamente de mano de obra en el país de acogida. Los inmigrantes empresarios son, de hecho, un motor emprendedor en la sociedad de recepción.
Se debe rechazar, asimismo, que las iniciativas empresariales de inmigrantes ocupen los lugares periféricos de la economía y que tengan un escaso potencial de crecimiento y poca capacidad de generar riqueza, inversión y creación de puestos de trabajo. Bien al contrario, los empresarios inmigrantes entrevistados señalan que existe mucho campo de acción dentro de las empresas generalistas, frente a una cierta saturación en los negocios orientados a la población inmigrante.
El empresariado inmigrante es una fuente de riqueza que contribuye al dinamismo económico español y a la movilidad social ascendente de algunos de estos nuevos emprendedores.